Saturday, October 26, 2013

Worse than the officers’ pets. Peor que las mascotas de los capataces




“We live in places worse than that of the officers’ pets (at the estates). Many of us have only a thin jute mattress to sleep on,” describes a tea worker about their living condition.
"Vivimos en el lugares peores que los de las mascotas de los capataces (en las plantaciones). Muchos de nosotros tenemos sólo un colchón fino de yute para dormir," describe un trabajador té sobre sus condiciones de vida.

Tuesday, October 15, 2013

They do not have any chances. No tienen ninguna posibilidad




Survey result shows that education status of the tea gardens area is very poor. A major portion of adult garden people (65-80%) are illiterate and 20-35% people did not cross even primary level of education. Not a single worker was found who studied in high school since they have to fight for their livelihood from very early age. They do not have any chances to utilize their skill in intellectual level and interact with educated people.
Encuestas realizadas muestran que el estado de la educación en la zona de las plantaciones de té es muy pobre. Una gran parte de los adultos de las explotaciones (65-80%) son analfabetos y 20-35% nunca terminó ni siquiera la escuela primaria. No se encontró un solo trabajador que haya estudiado en la escuela secundaria ya que tienen que luchar por su supervivencia desde muy temprana edad. No tienen ninguna posibilidad de utilizar sus habilidades intelectuales e interactuar con gente educada.

Tuesday, October 1, 2013

Haziras. The fake money. La falsa moneda




At the Tea Museum in Srimongol we can see a glass case with a collection of coins, called haziras. The coins were minted by the estate owners themselves, and served as payment to the workers. As the coins could only be used on the estate, it ensured the owners that any worker who might try to escape, would have no money to return home or survive outside the confines of their tea garden.
En el Museo del Té de Srimongol se puede ver una caja de cristal con una colección de monedas llamadas haziras. Estas monedas fueron acuñadas por los mismos propietarios de las plantaciones de té y servían para pagar a los trabajadores. Dichas monedas sólo eran de curso legal en las plantaciones y aseguraba a los propietarios que ningún trabajador pudiese escapar puesto que no disponía de dinero para volver a su pueblo ni sobrevivir fuera de los confines de la plantación.