Transcription of an article published in the Bangladeshi online newspaper "New Age" about corporal punishment and its significance in the environment of violence prevailing in the country.
There’s an enormous violence undercurrent in Bangladesh, you will have noticed. We see its ugly face during hartals, especially. We read about the mindless beatings and killings in the blood-filled streets and our TV screen are crammed with public transport, shops, houses, even schools ablaze and shameless damage to private and public property. It is as if causing willful damage and terrorizing innocent people is a perk of the process and fun to be had by the mindless participants and most probably it is. Such deplorable scenes are likely to continue long into the future, if the problem isn’t addressed soon. In some schools a fresh batch of terrorists are being prepared right now. Any school that engages in the use of corporal punishment is a breeding ground for terrorists. Some of the ‘teachers’ who ‘teach’ at these schools are themselves terrorists. The messages they deliver via the cane, clenched fists and open hands are messages of terrorism, oppression and fear. While the children are perhaps a decade or two away from making throwing their first bomb into an overcrowded public bus; corporal punishment teaches them that violence is good... that violence is the solution to all problems.
There’s an enormous violence undercurrent in Bangladesh, you will have noticed. We see its ugly face during hartals, especially. We read about the mindless beatings and killings in the blood-filled streets and our TV screen are crammed with public transport, shops, houses, even schools ablaze and shameless damage to private and public property. It is as if causing willful damage and terrorizing innocent people is a perk of the process and fun to be had by the mindless participants and most probably it is. Such deplorable scenes are likely to continue long into the future, if the problem isn’t addressed soon. In some schools a fresh batch of terrorists are being prepared right now. Any school that engages in the use of corporal punishment is a breeding ground for terrorists. Some of the ‘teachers’ who ‘teach’ at these schools are themselves terrorists. The messages they deliver via the cane, clenched fists and open hands are messages of terrorism, oppression and fear. While the children are perhaps a decade or two away from making throwing their first bomb into an overcrowded public bus; corporal punishment teaches them that violence is good... that violence is the solution to all problems.
Traducción de un artículo publicado en el periódico bangladeshi on line “New Age” sobre el castigo corporal y su transcendencia en el ambiente de violencia reinante en el país.
Hay un enorme trasfondo de violencia en Bangladesh, como habrán podido observar últimamente. Su horrorosa cara se hace visible especialmente en los hortales (huelgas). Los periódicos y la televisión están atiborrados de imágenes de golpes sin sentido, asesinatos en las calles llenas de sangre, transportes públicos, tiendas, casas, incluso escuelas en llamas y daños a la propiedad pública y privada. Es como si causar daño intencional y aterrorizar a gente inocente fuera una diversión para los autores, y probablemente lo es. Es muy posible que escenas tan deplorables continúen produciéndose en el futuro si no se aborda pronto el problema. En algunas escuelas se está gestando ahora un futuro grupo de terroristas. Una escuela que acepte el uso del castigo corporal es un caldo de cultivo para los terroristas. Algunos de los 'maestros' que 'enseñan' en estas escuelas son terroristas. El mensaje que transmiten usando “el palo”, los puños o las manos abiertas es un mensaje de terrorismo, de opresión y miedo. Los niños víctimas de esta violencia corporal serán tal vez dentro de una década o dos quienes lancen su primera bomba dentro de un autobús atestado; el castigo corporal les enseña que la violencia es buena... que la violencia es la solución a todos los problemas.
Hay un enorme trasfondo de violencia en Bangladesh, como habrán podido observar últimamente. Su horrorosa cara se hace visible especialmente en los hortales (huelgas). Los periódicos y la televisión están atiborrados de imágenes de golpes sin sentido, asesinatos en las calles llenas de sangre, transportes públicos, tiendas, casas, incluso escuelas en llamas y daños a la propiedad pública y privada. Es como si causar daño intencional y aterrorizar a gente inocente fuera una diversión para los autores, y probablemente lo es. Es muy posible que escenas tan deplorables continúen produciéndose en el futuro si no se aborda pronto el problema. En algunas escuelas se está gestando ahora un futuro grupo de terroristas. Una escuela que acepte el uso del castigo corporal es un caldo de cultivo para los terroristas. Algunos de los 'maestros' que 'enseñan' en estas escuelas son terroristas. El mensaje que transmiten usando “el palo”, los puños o las manos abiertas es un mensaje de terrorismo, de opresión y miedo. Los niños víctimas de esta violencia corporal serán tal vez dentro de una década o dos quienes lancen su primera bomba dentro de un autobús atestado; el castigo corporal les enseña que la violencia es buena... que la violencia es la solución a todos los problemas.
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