Today we closed the academic year at our school. The first year of our journey. There has been a great party with dances, songs and sketches. Then a meeting with the parents and the expected delivery of final results. All with very good vibes, or rather, with an excellent spirit. The party began with the national anthem, sung by all, and followed by a Muslim, a Hindu and a Christian prayer. From then on, everything has been common: the performances have been the faithful reflection of our daily work: boys and girls, tribal and Bengali, Muslim, Hindu and Christian dancing and singing the same songs, reciting together the same poems, taking the same snacks, playing the same games. The school results have been as good as they could be, being realistic; students coming from poor, isolated and very modest elementary schools cannot shine academically the first year. We already knew that, and it was not our main goal. On January 2 we started walking and today we have concluded aware of our limitations and our achievements. We are small, we are poor, but we are a small laboratory, a small light that shouts to the world that peace, harmony and coexistence between different people is possible. Training good citizens and good believers is possible. Forming in values is possible. That is why we congratulate ourselves and thank God.
Hoy ha acabado el curso en nuestra escuela. El primer año de nuestra andadura. Ha habido una fiesta estupenda con bailes, canciones y comedias. Luego una reunión con los padres y después la esperada entrega de notas y resultados. Todo con muy buen rollo, o mejor dicho, con un excelente espíritu. La fiesta comenzó con el himno nacional, cantado por todos, y seguido por una oración musulmana, otra hindú y otra cristiana. A partir de ahí todo ha sido común: las actuaciones han sido el fiel reflejo de nuestro quehacer cotidiano: niños y niñas, tribales y bengalíes, musulmanes, hindúes y cristianos bailando y cantando las mismas canciones, recitando juntos las mismas poesías, tomándose el mismo aperitivo, jugando los mismos juegos. Los resultados escolares han sido todo lo buenos que podían ser, siendo realistas; alumnos que vienen de pobres, aisladas y modestísimas escuelas primarias no pueden brillar académicamente el primer año. Eso ya lo sabíamos, y además no era nuestro objetivo. El 2 de enero echamos a andar y hoy hemos concluido conscientes de nuestras limitaciones y nuestros logros. Somos pequeños, somos pobres, pero somos un pequeño laboratorio, una pequeña luz que grita al mundo que la paz, la armonía y la convivencia entre distintos es posible. Formar buenos ciudadanos y buenos creyentes es posible. Formar en valores es posible. Por ello nos felicitamos y le damos gracias a Dios.
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